Voy a escribir sobre las cosas que podemos haber aprendido después de vernos afectados por la epidemia del SARS-COVID19. En la Comunidad Valenciana acabamos de estrenar la fase 2. La epidemia está en sus últimos coletazos.

Ha habido varios aspectos negativos durante estos meses, relacionados con el confinamiento. No obstante, todos palidecen frente a la dureza de la enfermedad. Lo peor, sin duda, ha sido y es la epidemia. También ha habido cosas positivas, en ellas me voy a centrar.

Lecciones positivas de la epidemia

Partiendo de que lo mejor era que no hubiera sucedido, ¿hemos obtenido algo positivo? Se me ocurre, a bote pronto:

Mucha gente, especialmente de la tercera edad, ha conocido qué es internet y lo ha utilizado. Y es posible que ya no deje de hacerlo

– Nos hemos dado cuenta de que pueden hacerse muchos trámites importantes por internet contando con un certificado digital. Y no conviene despistarse y dejarlo caducar (como me ha sucedido), porque solo se puede renovar de forma presencial

– Se han abierto en muchos casos nuevas perspectivas de negocio. Lo que antes era una posibilidad, ya es una realidad.

– Hemos dado un nuevo valor a lo que es la libertad de movimientos, después de varios meses confinados

– Espero que nos hayamos dado cuenta de la suerte que supone estar en un país europeo y, todavía más importante, pertenecer a la Unión Europea

– Hemos asistido a un fascinante movimiento maker y menos maker (más profesional) de solidaridad, que ha puesto en marcha en semanas, proyectos que han dado lugar a respiradores viables, con equipos de personas de todas las ramas del conocimiento, liderados por médicos y construidos por ingenieros. Al final no se han utilizado. El estudio de estos movimientos y de los equipos desarrollados, así como las razones por las que no se han podido poner en marcha estoy seguro de que permitirían escribir un libro. Es más, pienso que es importante analizarlo

– El trabajo desde casa, a distancia, permite un gran ahorro de tiempo y de energía. Menos contaminación, menos estrés.

– En Aula Aglaia hemos comenzado el área de la formación por Internet que hasta la fecha era testimonial. No obstante, nuestro negocio sigue centrado en la academia física.

Qué podemos mejorar

Muchas cosas se pueden mejorar, sobre todo ahora que contamos con una enorme cantidad de información (que habrá que estudiar detenidamente):

– Necesidad de contar con conexiones de internet de calidad: mejorar las infraestructuras de telecomunicaciones

Potenciar una industria nacional de carácter estratégico, como lo ha sido la agricultura y ganadería y los sistemas de distribución del área de alimentación, que han funcionado de forma impecable

– Hay que empezar a preguntarse si es conveniente depender tanto de suministros de otros países. El ahorro en precios puede resultar catastrófico en época de calamidad.

– Fomentar los estudios científicos. Es imprescindible aumentar el presupuesto dedicado a investigación y desarrollo. Aunque en estos momentos exista una cierta desconfianza, la ciencia es una disciplina sistemática, a largo plazo. Hay que invertir en su desarrollo. Esta epidemia debería acabar con la batalla perdida del desarrollo científico en España.

– Debemos ser responsables y no olvidar que nuestro principal objetivo es acorralar al virus, para lo que hay que seguir con las medidas de protección. Después de casi tres meses confinados, París bien vale una mascarilla

– Establecimiento de protocolos de información que permitan contar con datos coherentes desde el primer momento.

– hay que hacer un plan de previsión para futuras epidemias que pueden llegar y que potencialmente pueden ser más graves

Para finalizar este artículo: Aula Aglaia ya está abierta. Con las medidas adecuadas de seguridad, ya podemos atender a nuestros clientes. Os esperamos.

(Imagen portada de Gerd Altmann en Pixabay )